10 de junio de 2009

Para los no fumadores (primera parte)


Nunca he estado del lado de los no fumadores, me parecen un tanto exageradas las intenciones saludables, tal vez porque nunca he estado tampoco completamente del lado de la salud, o porque he sabido disfrutar del consumo de forma limitada. Respeto bien tanto las intenciones de no fumar como de querer hacerlo, aunque en realidad no promuevo ninguna de ambas.

Al grupo de Cristóbal Colon, cuando llegaron a Cuba, les sorprendía ver a hombres y mujeres con un tizón en la mano al aspiraban gustosamente, y ya cuando lo comerciaban en europea había perdido el sentido ritualistico-magico-sagrado que tenían los indígenas americanos. Y como muchas cosas de entonces se convirtió en algo curativo, placentero y de moda, consumiéndose no solo fumado sino bien picado por la nariz (rapé: ese polvito que hacia estornudar) Yo lo trate alguna vez de consumirlo mascado, pero no superé el desagrado. A Sir Walter Raleigh se le reconoce una especial pasión por el tabaco, no solo como comerciante, sino que antes de morir decapitado pidió tabaco para aspirar.

Como una vía al placer bien establecida, el tabaco ya era condenado por la Iglesia, como le paso a Rodrigo de Jerez que fue acusado de brujería porque “solo el diablo podía dar a un hombre el poder de expulsar humo por la boca”, pero también aparecieron los impuestos

¿Si creo que es una adicción? Si, una especialmente intensa y que perdura mas que muchas otras. ¿Creo que es dañino? Claro que sí, de hecho es un veneno. Un solo cigarrillo tiene entre 6 y 17mg de nicotina, de los que se absorben 1 o 2 al fumarlo. Una gota de nicotina puede matar a una persona. Pero eso no es ninguna limitante para que los mismos médicos sean sumamente afectos al cigarro

Las personas, buscando lo placentero atravesamos muchas cosas que pueden parecerle repulsivas para otras. Yo enfatizo el derecho que cada uno tiene de buscarse su propio mal, aunque se dedique a la salud.

En la UPCH el año pasado se colocaron los anuncios de no fumar, y puedo entender que como institucion fomente que no se practique el consumo dentro de espacios cerrados. Lo que no puedo concebir es el criterio que hacen los mismos alumnos tienen respecto a la malevolencia del producto y por añadidira de la persona fuma.

Moliére escribe en Don Juan “Diga lo que diga Aristóteles y toda la filosofía, nada es igual que el tabaco, es la pasión de la gente honesta; y quien vive sin tabaco no es digno de vivir: no solo alegra y purga los cerebros humanos, sino que instruye las almas en la virtud y se aprende con él a ser un hombre honesto”

1 comentario:

  1. Hola, me resulta un poco difícil comprender la última frase, la cita de Moilére, porque no alcanzo a comprender cómo es que el tabaco puede instruir a las almas en la virtud y en la honestidad por sí mismo.

    Pero sobre todo me sorprende la frase que dice que "quien vive sin tabaco no es digno de vivir"... ¿Cómo pensarlo?

    Tampoco estoy a favor de los fumadores ni de los no fumadores, pero comprendo que todo tiene sentido cuando hay unas pautas sociales a las cuáles ceñirse. Por ejemplo, cuando se trataba de rituales en en Mexico antiguo. Pero ¿qué hay del tabaco en un mundo sin tregua, sin metafísica, sin ideales morales? Quizá el consumo en este caso sea determinado desde las modas y las pantallas televisivas, pero no desde la virtud o el deseo de autodominio... no sé...

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