Transcribo a continuación el ensayo de Nancy Quiñones, estudiante del sexto semestre de Psicología.
Creo que podríamos hacer muchos comentarios sobre lo que ella dice respecto a la vida de un estudiante en la universidad. Los invito a participar con sus propias reflexiones y experiencias también.
¡Muchos saludos!
Más que un ensayo, quiero exponer aquí mis reflexiones y experiencias personales, ya que es mi último ensayo para la materia de Psicología Organizacional. En esta época en que vivimos dadas las diversas formas de entretenimiento, comunicación, relaciones interpersonales y demás, nuestra mente esta llena, saturada, de lo que podría llamarse chatarra psicológica. Empleo éste término para referirme a toda aquella basura que entra en nuestra mente por esos medios, nuestra mente rebosa de las influencias que nos atacan día con día, hora tras hora. No quiero decir que todo sea malo, sino que la mayor parte de ello son cosas innecesarias, y para beneficio de aquellos que mandan esos mensajes persuasivos, que no hacen más que convertirnos en una especie de zombi social.
No es mi interés ahondar en aquellas empresas y organizaciones que buscan a costa del mismo ser humano y del ambiente vender sus productos, pero solo es para referirme a lo que se encuentra en la mente humana en estos momentos, dentro de este mundo comercializado. Desde tiempo muy antiguos, apareció una gran práctica que el ser humano desarrolló con el tiempo: la reflexión, el pensamiento, el preguntarse el porqué de las cosas. Cuando aparece esto, un mundo de conocimientos se abre ante nuestros ojos, nacen todas las ciencias y de ahí se desprenden muchísimas ramas y en la actualidad llamadas especialidades. A pesar de que fue el origen del conocimiento, de todo lo que el hombre ha creado (porque si el hombre no se aislara a pensar que necesita para tener una mejor manera de vivir, no existirían innumerables aparatos y herramientas), ésta práctica se ha ido perdiendo, ha pasado a ser algo de poca utilidad, ya sea por los medios tecnológicos, económicos, sociales y culturales. De igual forma, se ha llegado a creer que el pensamiento y razonamiento son términos y exclusivos de los profesionales y personas con estudios académicos.
La reflexión es lo que te lleva a comprender el significado de tu vida, tu presente y tu futuro. Aquel ser humano que sabe lo que quiere, a donde quiere llegar y como lo hará, es aquella persona que se ha sentado, ha decidido separarse por unos momentos de lo que lo rodea y ha pensado en sí, quién es y hacia dónde va, para poder servir a otros, y descubrir su felicidad.
Como estudiante de 6to semestre de la carrera de psicología, he aprendido muchas cosas, y una de ellas es que tu tienes una mente sin igual, tu decides si quieres ser único, individual y transformador, es decir, tu eres el único que sabes cuales son tus actitudes, valores, capacidades, habilidades, etc. Y eres quien decide que hacer con todo este paquete de herramientas útiles que posees, o tal vez puedes elegir la segunda opción, de la cual la mayoría acepta gustosamente, sin pensar ni reflexionar a fondo, de una manera superficial eligen irse con la masa o la bola, ser como los demás, seguir el modelo que todos tienen, terminar tu carrera, buscar una oficina, colgar tu titulo en la pared, y esperar al algún necesitado de orientación y cobrar tus honorarios.
Pero reflexionar hoy en día es un gran reto, mas para un estudiante que ha vivido 15 años influenciada por todo aquello con lo que entra en contacto, ya sea por sus familiares, cultura, la sociedad, la tecnología, etc. Un gran reto a vencer.
Otro obstáculo para encontrar un tiempo de reflexión, es la misma escuela, tu formación académica, aunque suena ilógico pensar esto, ya que ésta es la que te proporciona los conocimientos, materiales, experiencias, etc. para poder desenvolverte en un área de trabajo. Pero, ¿por qué digo esto?, en mis años de estudiante, siempre hay una preocupación, que todos los que han pasado por esto lo saben. Esta es pasar la materia o la asignatura, cumplir con tus tareas, estudiar para exámenes escritos u orales, presentar proyectos, trabajos, y un sinfín de actividades; ser estudiante trae mucho estrés, (claro soy estudiante y no estoy considerando a los maestros los cuales también tienen sus propios problemas y hay que comprenderlos) y solo hablo de una materia, hay casos en que uno siente de manera fuerte la presión, el bombardeo de información que recibimos, de la cual al ser tanta, en poco tiempo y estar atendiendo otros trabajos, desafortunadamente no la podemos retener y perdemos gran cantidad de ese valioso tesoro, que es el conocimiento.
¿Pero donde queda aquí la reflexión?, en realidad, la escuela no es un buen lugar para reflexionar al menos para mi. En ocasiones parece ser que encuentro un momento ideal para hacerlo, un tema y un compañero, pero este se me esfuma, porque hay que cumplir con otra materia y otro maestro, y pues la idea se va y luego se olvida. La escuela es mas un lugar de trabajo, en el cual vas a trabajar de manera exhaustiva para que te paguen tu sueldo, que se reduce a un papel a largo plazo y conocimientos parciales. Como critica al sistema académico, pienso que le faltan algunos ajustes, que necesitan amoldarse a las condiciones que se van creando, a la tecnología y los estudiantes de distintas carreras, los sistemas funcionan pero no todo es estable, todo cambia.
La reflexión debe ser parte de nuestra vida diaria, la esencia misma del pensar y actuar. Como persona es algo que he aprendido a hacer, y a disfrutar y me ha ayudado a saber que quiero, cuales son mis metas y mis alcances como futura psicóloga.
He pensado mucho en las áreas donde un psicólogo se desempeña, en realidad, antes de iniciar este semestre, no tenia ni idea cual área me gustaba mas. o para colmo no sabía a donde desempeñaría mis conocimientos para servir a la comunidad y mas que disfrutara hacerlo.
La carrera me ha cautivado, enamorado; hasta el punto de creer que no hay otra carrera a la cual dedicarme, que no sea algo referente a la psicología.
Ahora sé muy bien que es lo que quiero y cual es el área que me interesa. Pero esta decisión no la tomé de la noche a la mañana, no. Fue resultado de una profunda y persistente reflexión en un semestre. Esta reflexión me llevó a recuperar, a reordenar, y moldear todos mis conocimientos, experiencias e intereses y enfocarlos a un punto.
El área donde pretendo desempeñarme es la rama Social, me interesan los problemas psicosociales que existen dentro de la sociedad actual, que predominan y que necesitan una atención urgente. De manera especial me interesan los niños que se encuentran viviendo en la calle, sin un lugar para dormir, para alimentarse, para su aseo personal, para disfrutar su niñez, para aprender y para que se siente amados y apreciados.
Ahora sé mis metas y la primera piedra para mi futuro desenvolvimiento en la sociedad es realizar un proyecto en esta ciudad de H. Cárdenas, Tabasco, que con la ayuda de estudiantes y maestros asesores, podamos crear un centro de atención a estos niños, contando también con el patrocinio de personas e instituciones que sientan ese interés altruista y humanitario.
Es una meta bastante grande y ambiciosa, pero ¿no todos esos centros que existen, de ayuda a mujeres maltratadas, ancianos, niños, centros de rehabilitación, etc.; iniciaron con una idea de alguien que no quiso quedarse con las manos cruzadas ante esa necesidad social? Sé que habrá muchos obstáculos, lo he pensado, pero por cada uno que aparezca hay un triunfo muy posible, y sé que tengo muchos valores, y una formación muy especial, cuento con la ayuda de Dios y tengo la fe de que este proyecto se iniciara y será de gran aporte a la sociedad. También creo en los sentimientos de las personas, en su sentido humanitario y solidario, que los llevan a la cooperación y ayuda cuando se les necesita, el ser humano esta dotado de compasión y empatía, aunque estas cualidades a veces han sido distorsionadas por experiencias vividas.
Dentro de si, el ser humano siempre ha tenido esa tendencia a pensar, a razonar las diversas situaciones a las que se enfrenta. Porque es el único ser que lo puede hacer, sólo nosotros. Esto me hace pensar como seria un mundo en que todos reflexionáramos, en cada cosa que pensáramos o hiciéramos. Pero también creo que es necesaria la espontaneidad, en algún momento, hay oportunidades en la vida de las personas que se pierden por no actuar con rapidez y prontitud. Lo que quiero decir es que aprendamos a reflexionar siempre, y actuar rápido. Hay que combinar estos dos aspectos y saberlos desarrollar de manera provechosa para cada momento de nuestra vida en este mundo.