DESPEDIDA

Queridos Todos, estudiantes del sistema semiescolarizado:

Recibí en tiempo y forma sus trabajos tanto en papel como por la vía electrónica, muchas gracias. Efectivamente podrán ver que ya se han colocado las calificaciones en el sistema para que las verifiquen desde ahí mismo directamente.

En prinicipio les felicito por su responsabilidad y el desempeño que con gran interés han desplegado para comprender los diversos temas que atañen a la Psicología, en particular aquellos que son del orden del debate y la reflexión sensible a nuestro mundo contemporáneo.

Sin embargo, como ustedes saben, el formato del plan de estudios en tan sólo diez clases no permite desplegar ampliamente, como se debe, los temas y las lecturas en toda su intensidad y profundización. Mucho depende del esfuerzo de cada uno, lo sabemos.

En lo particular, a mí me hubiese gustado ampliar grandemente la reflexión sobre la teoría crítica con ustedes, cosa que exige mucha, mucha lectura además de poder hacer francamente a un lado los conceptos prefigurados que ya tenemos sobre el mundo, por un momento al menos.

Leer nos exige desentender para volver a entender, desarmar, desarticular, para poder ver cómo se ha construido algo, cómo se ha llegado a eso que se dice o que se hace, aquello que pasa... Los psicólogos siempre nos preguntamos justamente ¿Cómo pasó, por qué, qué sentido tine y qué podemos hacer? Algo nos exige ir más allá de nuestros propios conceptos. La lectura camina entonces por un periodo de suspensión de ciertos razonamientos y retailas que suelen redondear los lugares comunes, aquello pues que la mayoría piensa por tradición o por constumbre. Pero leer implica desconfiar incluso de lo que uno mismo cree que es verdadero.

En mi experiencia personal (esto es algo de lo que quería comentarles escribiendo un ensayo tal y como les dije alguna vez en la materia de Problemas Psicosociales), el ejercicio de la lectura, con un afán por comprender lo que se dice ahí, en el texto, implica según como yo lo pienso y como lo he vivido, una experiencia casi espiritual, una transformación seria del pensamiento, un ejercicio de interiorización de los conocimientos y los debates que no pueden dejarnos intactos después de haberlos vivido. La lectura y el proceso de escritura son, pues, prácticas de transformación humana que encaminan hacia la reflexión con una finalidad en mente; en el mejor de los casos, esa finalidad es la del mejoramiento de nuestro mundo, en lo que se entiende por tolerancia, respeto, paz, interes por los otros...

De ahí que son tanto más valiosos aquellos trabajos que demuestran un cierto involucramiento en el tema del que se habla, un esfuerzo por escribir de propia mano, con las propias palabras, con esmero en la presentación, la extensión y la ortografía, pero sobre todo, con interés de indagar, no solo de transcribir.

Sus resultados son pues una suma de la evaluación seria y detenida de todos estos criterios además de la participación en clases y las notas. Está de más decir que no es una calificación la que está de por medio sino la responsabilidad de una persona en formación profesional. En especial, en el caso de los psicólogos, se nos ha de exigir altos estándares de desarrollo por tener nosotros justamente la encomienda social de responder ante las transformaciones sociales aceleradas de nuestra época. Hay mucho por lo cual continuar esforzándose, ahí, en la lectura, en la desconstrucción (recomiendo leer CARTA A UN AMIGO JAPONÉS de Jacques Derrida).

Agradezco a todos sus reiterados saludos y bendiciones e igualmente, por el lazo de diálogo que nos unió en estos meses, les comparto que desde este lunes estoy laborando en la Universidad del Claustro de Sor Juana a cargo de la coordinación de Psicología, así que desde aquí les deseo afectuosamente una feliz continuidad de sus estudios y de sus tareas diarias agradeciéndoles también la inigualable oportunidad de haber trabajado con ustedes. Espero sigamos en contacto.

Muchos saludos a cada un@,
Mtra. Etelvina Bernal